Política
Una cuestión de entorno

¿Decadencia del imperio dasnevista?

Màximo Pérez Catán fue uno de los operadores principales de Das Neves en los 90. (Foto: NOVA)

Hace 21 años, Mario Das Neves comenzaba a generar poder propio de la mano de su diputación nacional y por consiguiente a construir un entorno que le daría grandes logros camino, sobre todo, a la gobernación 2003 cuando nadie creía que podría llegar a estar sentado en el sillón de Fontana 50.

En esa década del noventa, el “cabezón” –como siempre se lo bautizó- contaba con figuras reconocidas de peso como Máximo Pérez Catán que le abrió las puertas en la gran Capital Federal con el entonces presidente de los argentinos, Carlos Menem y conoció los despachos de poder.

Mientras que en la ciudad de Trelew, donde estaba el gran caudal de su militancia, Das Neves contaba con los operadores principales como Daniel Vitti, Amor Morejón, Daniel Real, Raúl Villalón; uno de sus mayores militantes barriales como Jorge Estigarribia y Miguel “Manara” González (ambos fallecidos).

Su imagen era explotada por su jefe de prensa, el joven Fernando Baskvoc (también fallecido), quien además había formado un buen equipo de prensa que nada tenía que envidiarles a los trabajadores de prensa del gobierno de turno.

No hay que olvidarse que en su recorrida provincial cada fin de semana, el diputado trelewense contaba con los servicios de chofer de Alberto Vargas, quien años después y en su primera etapa como gobernador se convirtió en su secretario privado. El referente peronista en ese momento se sentía en el paraíso y soñaba lentamente que alguna vez el aire de la Capital del Chubut le rebotaría en el rostro cuando se convirtiera en el supremo del imperio dasnevista.

Con el tiempo, y obteniendo el triunfo ansiado en noviembre del 2003, Das Neves logró ser el primer mandatario provincial y con la construcción de poder comenzaron a moverse las piezas internas hasta resquebrajarse y llegar a este 2017 con un “grupo de confianza” muy lejos del prestigio que supo tener su “mesa chica de los años pobres” de 1996 y 1997 cuando hacer militancia todavía significaba cuidar los ideales y no formaba parte de un negocio de unos pocos “vivos” para engañar a muchos que realizaban caminatas y ponían la cara ante la gente en el tradicional “puerta a puerta” de una campaña electoral.

Tal vez, la necesidad de búsqueda de crecimiento sin límites provocó que parte de su “vieja guardia” quedara en el olvido y algunos fueron desprestigiados verbalmente por su propia impronta familiar, que, si bien le sirvió para mostrar hacia afuera una gestión con creces en sus primeros ocho años, en este presente le está generando un principio de crisis tan preocupante como los que tuvo en 1990 el propio Néstor Perl.

Lo alarmante es que nadie quiere corregir el rumbo que por estas horas parece confundirse en el cruce de una ruta con cierta neblina que puede causar un grave accidente. Una muestra clara ha sido la denuncia que realizaron diputados provinciales opositores a dos funcionarios muy cercanos al gobernador por administración fraudulenta, uno de los cuales ejercía cargo en la Unidad Gobernador y que había desembarcado en el dasnevismo hace 17 años como cadete de la Aduana Nacional.

Das Neves está próximo a generar “cambios profundos”, según dijo a un medio periodístico en exclusiva. Muchos están pensando que podría comenzar por su entorno; hoy tan sangriento como las mejores películas de Jason en una noche de terror en “Martes 13”.

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