“A veces uno toma medidas que no quisiera tomar, pero son inevitables como el pago escalonado. Por eso cualquier perjuicio que les pueda ocasionar yo le pido disculpas a los empleados públicos”, dijo el gobernador del Chubut, Mariano Arcioni en su visita a la comuna rural de Ricardo Rojas el pasado 28 de abril.
Y con esta acción, ya es la tercera vez que el primer mandatario provincial pide disculpas públicamente, una de las cuales fue en nombre de su ministro Coordinador de Gabinete, Sergio Mammarelli cuando este habló mal de las mujeres chubutenses.
Lamentablemente, estas dos últimas semanas han sido las más complicadas desde el inicio de la gestión Arcioni y sobre todo con duras intermitencias internas, sobre todo después de las declaraciones en un audio que se viralizó por las redes sociales de su principal ministro invitando a las mujeres del Chubut a prostituirse para pagar los 720 millones de deuda que tiene que afrontar la provincia. Y lo peor es que 48 horas después, el ministro Mammarelli habló en la radio cordillerana FM Del Lago señalando que sus dichos son “bromas que no se contestan y más si son en un ámbito privado” y aseguró que “no le podemos dar identidad a algo que no existe. No tiene sentido”.
Y pese al pensamiento del ministro Coordinador del Gabinete del gobierno de la provincia, ya son muchas las organizaciones además de concejales de Puerto Madryn y la totalidad de los diputados provinciales quienes han pedido la renuncia del funcionario, además de aclarar que “lo grave de estos hechos es que es la investidura que el ministro Mammarelli posee, puesto que representa al Gobierno de la provincia, es decir que la violencia de género proviene del Estado y eso no se puede permitir, no se puede tolerar y no se puede pasar por alto”, destacó la legisladora del Frente para la Victoria, Estela Hernández.
Sin hechos
Más allá de las disculpas de Arcioni, lo elemental para cambiar la triste realidad del Chubut es que aparezcan hechos concretos de querer encontrar las soluciones y terminar con reuniones que parecen sesiones fotográficas, tal vez por un mal asesoramiento del equipo de confianza del señor gobernador –entre los cuales se destaca el ex radical, Rafael Cambareri- quienes piensa más en los vientos del sector sur y no pueden observar ni al Valle del Chubut y menos a la zona de la cordillera. Estas acciones, indudablemente potencian no solo claras diferencias desde lo gubernamental, sino que terminan de deteriorar el ritmo de vida de los ciudadanos chubutenses y por supuesto, sigue generando incertidumbre y malestar.
Es hora que las disculpas discursivas se dejen de lado y el gabinete comience a saber lo que es gobernar, aquello de tener “sentido común” que aún no lo entienden.
