Seremos reiterativos, puede que seamos pesados, pero no hay dudas de que es esencial entender esta realidad. Comprender que es la primera vez en el mundo que la humanidad toda coincide en algo y es en tener miedo a lo desconocido, a eso que se llama Covid – 19.
Este virus ya ha provocado cambios en el comportamiento de la gente, a través de su poder de destrucción o mejor dicho, de ser el provocador del fallecimiento masivo de personas.
Los gobiernos del primer mundo y de todos los mundos, de todos los colores políticos se pusieron de acuerdo en que es fundamental tomar medidas urgentes para frenar la propagación del coronavirus entre los pueblos. Y hay que asimilar que no sólo se trata de hacer listas para recordar las actividades que se paralizan, de evitar la aglomeración de gente. Se trata de la responsabilidad de la gente, de acatar las disposiciones preventivas de las autoridades sanitarias y de ser solidarios entre todos. Aquí no se trata de ser mejor o peor que otro, de ser rico o pobre, de estar cansados del encierro y salir a gritar por el aire libre. El Covid-19 demostró que no discrimina.
De una u otra manera, esta situación que atravesamos, pone a prueba nuestra condición humana. Sobre todo, de poder dejar el egoísmo de lado y acompañar, -aunque sea a la distancia- a esos héroes anónimos que están llevando su labor en la primera línea de esta lucha, esos médicos, enfermeros y personal de seguridad.
Esos “trabajadores que cuidan vidas” y que saben más que nosotros –que apenas tenemos un desgaste de teclear para informar- sobre los peligros de esta pandemia. La viven de cerca, son fieles testigos de su efecto y lo mínimo que podemos hacer por ellos, es tener cuidado individual para protegernos y proteger a los demás.
Es hora que tengamos en claro que desde marzo del 2020 es un lujo volver a vivir el aire de cada día. No dejemos de prevenir. Por nuestro futuro.
Los que hacemos NOVA Chubut
