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El machismo mata: el femicidio de Raquel Maldonado en Puerto Madryn

Luego de una discusión de pareja, Maximiliano Larrabaster le asesta un puntazo en la zona del abdomen a Raquel, quien intenta defenderse arañándolo en la zona del cuello.

Por Isaac Quispe Rojas, de la redacción de NOVA

Raquel Maldonado nació el 27 de septiembre de 1990, en Chimpay, Río Negro. Hizo sus estudios primarios en Gobernador Duval, un pueblo de 600 habitantes, en Santa Rosa, La Pampa. A los 15 años se mudó a Puerto Madryn, Chubut, donde terminó la secundaria, contó para NOVA su hermano Alfredo Maldonado.

Al cumplir los 18 años, Raquel se mudó a La Plata, donde vivía y estudiaba su hermano. Ella quería seguir Trabajo Social, pero como no pudo inscribirse realizó un curso de Liquidación de Sueldos y un curso de computación. Como su hermano estudiaba en la facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata, tuvo un acercamiento a la agrupación Mancha de Tinta.

Dos años después se volvió a Puerto Madryn donde al tiempo ingresó a trabajar en el Supermercado “La Anónima”. Ahora Raquel ya no está, ya no respira, ya no mira más el sol, ya no mastica el chicle como le gustaba hacerlo. A ella la mató su novio, fue víctima de femicidio, ese brutal crimen que los machos cometen contra las mujeres por la sola condición de ser mujeres.

La tragedia ocurrió aproximadamente a las 21 horas del lunes 3 de julio, en el departamento de Marcos Zar al 2260, en el barrio Sur de Puerto Madryn, donde convivían. “Luego de una discusión de pareja, Maximiliano Larrabaster le asesta un puntazo en la zona del abdomen a Raquel, quien intenta defenderse arañándolo en la zona del cuello”, indicó la fiscal María Angélica Cárcano en su pedido de apertura de investigación.

Más adelante, la funcionaria judicial añadió: “Maldonado ingresa gravemente herida al Hospital trasladada por el imputado quien intenta abandonarla en el estacionamiento y ante la presencia de un testigo, ingresa al nosocomio esgrimiendo que la víctima se había autolesionado a fin de deslindar su participación en el hecho”.

Luego de sufrir la puñalada, Raquel fue llevada a la guardia del Hospital Subzonal “Andrés Ísola” por el propio Larrabaster, quien aseguró a los médicos que ella “se había autoinfligido la herida”. A pesar de ser intervenida quirúrgicamente, su cuerpo no resistió y falleció a las 23.05 horas del mismo lunes, producto de las lesiones internas.

La herida abdominal fue hecha con un arma blanca de 14 centímetros de profundidad, que penetró el hígado y produjo un “shock hipovolémico” por la pérdida de sangre. El forense que realizó la autopsia, sostuvo: “Por la dirección, trayecto y profundidad dudosamente [la herida] puede producirse por una lesión autoinfligida”.

Luego de los allanamientos efectuados en la casa y el automóvil del imputado, los fiscales indicaron que: “En el lugar había desorden generalizado, con una silla caída, un cuchillo con manchas hemáticas, en el piso también había presuntas manchas hemáticas, y se secuestró ropa con manchas hemáticas”.

La jueza Patricia Reyes dictó 4 meses de prisión preventiva e imputó a Larrabaster por “femicidio”. Pero la imputación formulada por el Ministerio Público Fiscal es por “homicidio agravado”. Además, el fiscal Daniel Báez solicitó la continuidad de la prisión preventiva ante un posible intento de fuga o entorpecimiento de la investigación.

Por su parte, Gladys del Balzo, defensora del femicida, indicó que no existe la probabilidad de autoría y requirió la libertad o en su defecto el arresto domiciliario bajo la tutela de sus padres. En la audiencia, el hombre de 22 años dijo que “la amaba un montón, nunca quise hacerle nada malo a ella”.

En referencia al novio, de acuerdo con el relato de las amigas ante la fiscalía, “una vez pelearon porque Maxi le revisó la computadora, llegó con los brazos llenos de moretones. Pero ella siempre se autoinculpaba”. En otro momento de las declaraciones, contaron que “una vez nos juntamos, Raquel se quedó sin carga y cuando puso a cargar el celular, tenía 43 llamadas perdidas”.

Raquel estaba por cumplir 27 años y, desgraciadamente, ahora forma parte de ese crudo y doloroso número estadístico que dice que, entre el 1° de enero y el 27 de abril de 2017, en Argentina una mujer muere cada 25 horas, periodo en el que hubo 111 crímenes. Más estremecedor aún: en los primeros 10 días de julio asesinaron a diez mujeres, una por día.

Pese a que en varios distritos y varias provincias se cuenta con una ley de Emergencia en Violencia, lo cierto es que a nivel nacional no hay presupuesto. Al punto que hoy no existen estadística oficial sobre los casos de femicidios. Más allá de las fotos, lo cierto es que no hay políticas específicas para prevenir y erradicar la violencia y el machismo.

En febrero de este año, cuando se dispuso el recorte de 67 millones de pesos al Consejo Nacional de Mujeres y al Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, tras las denuncias de diversas organizaciones, el gobierno tuvo que dar marcha atrás, argumentando que se trataba de un error.

Según el Boletín Oficial, en junio, el Ejecutivo nacional dispuso un recorte de casi 700 mil pesos del programa de Formulación e Implementación de Políticas Públicas de la Mujer, que tiene como unidad ejecutora al Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales y funciona a través del Consejo Nacional de las Mujeres (CNM) a cargo de Fabiana Tuñez.

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