Los 597 mil chubutenses que tenían puestos sus ojos en la figura del gobernador del Chubut, Mariano Arcioni cuando reemplazó desde el 1 de noviembre del 2017 al ex gobernador fallecido Mario Das Neves, lentamente han ido descubriendo las “normas” de su proyecto personal que lo llevó al triunfo en el 2019 y que más allá que en diciembre del 2023 deje su lugar, no dejará cierto poderío conseguido al ritmo de “aprender” lo que es el universo político.
Si bien se esperaba una continuidad sin cambios bruscos, muchos aseguraban que no sería nada igual y que Arcioni necesitaría del apoyo de todo el arco político y tratar de “entenderse” sobre todo con la oposición para afianzar una conducción.
Y el tiempo ya es fiel testigo de cómo han sido sus años con una gestión atravesada por tiempos críticos y que el escribano comodorense supo doblegar.
Desde las últimas dos semanas y tratando de prevenir mayores inconvenientes en la gestión provincial, el gobernador Arcioni decidió bajar los decibeles a las peleas intestinas con su vicegobernador, Ricardo Sastre, decidió acoplarse al diálogo con el intendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque y ver cómo se desarrollan estos nueve meses hasta finalizar el 2022.
También desde el entorno del Gobernador aclararon que “hoy más que nunca hay que unirse antes de que los malos de la política intenten contaminar” agregando que “lentamente estamos consolidando la estructura para aquellos que siguen creyendo que el arcionismo no existe, está más vivo que nunca”, indicaron.
Y según los últimos rumores, el propio Arcioni ya tiene cocinado poder concretar la inclusión propia de un vicegobernador o vicegobernadora en la fórmula del soñador intendente comodorense Luque con quien tiene cierta afinidad. Muchos aseguran que es una recomendación de cierto sector del poder Nacional.
Al primer mandatario Provincial se le atribuye la estrategia de haber “silenciado” al ex ministro de Seguridad, Federico Massoni y favorecido la baja del alto protagonismo que supo cosechar un año atrás.
Según uno de los principales operadores de Arcioni, “era algo que se venía planteando, su protagonismo provocó muchos quiebres con la Nación y no nos favorecía para nada. Ahora recompusimos las relaciones”, señaló.
Otro de los puntos clave de las maniobras del Gobernador del Chubut es tener su opinión en las “decisiones” de lo que puede ser la nueva dupla del justicialismo que desee sucederlo en el sillón de Fontana 50.
Bien se sabe que el Partido Justicialista viene de mal en peor desde las derrotas en las elecciones legislativas del 22 de octubre del 2017 y de las generales de junio de 2019. Eso sí, Arcioni pondría en primer lugar el peso de la nueva conformación del Frente Renovador Chubut.
Las próximas semanas definirán el camino a concretarse de cara al turno electoral 2023, paso mediante por un nuevo cumpleaños de Arcioni –llega a los 52 años- el próximo sábado 2 de abril.
Seguramente recibirá el regalo de sobreviviente del año, después de haberla remado los últimos dos años en el medio de una crisis social económica histórica.
