NOVA Show
Una eterna banda de rock

Masoka, una necesidad de escucharlos

Una de las grandes bandas del rock patagónico. (Foto: NOVA)

Por Mario “Sodita” Sardén, especial para NOVA

“En la madrugada tibia comienza a tomar su forma, lo que luego el sueño me hablará; en el hueco de mis dudas, en el mundo de la ausencia en los verdadero estarás vos”, esta estrofa refleja puramente la poética de esa máquina creativa llamada Masoka Tango, más allá que en los últimos años quedó en la simpleza de MASOKA, una de las grandes bandas con mayúsculas del rock patagónico y parte del rock nacional que dio a luz hace 23 años.

Un grupo de descerebrados con cerebro que en los noventa decidieron hacer temblar al planeta musical de nuestra zona, para luego llevarlo a la máxima escena bonaerense con visitas intermitentes, algunas de las cuales quedaron plasmadas en un excelente dvd que me obliga a gastar el play y que, creo; cuenta con siete años de historia.

Ese universo tan especial que fluye en cada melodía de cuatro cráneos parlantes que hace veinte años provocaron una partida de cabezas impresionante al ritmo de un disco que aunque pasa el tiempo sigue tan claro, tan presente y tan firme en una búsqueda constante de profesionalismo, ese que hoy cuesta encontrar en grupos que se repiten como una fotocopia intentando creer que tienen estilo.

Masoka suena a Masoka y sobre todo, en su álbum homónimo que es actual con destellos de influencias spinetteanas, ceratianas y porque no, en algunos pasajes el romanticismo oscuro de The Cure. No hay que olvidarse de profundas melodías Beatles y hasta juegan con la sangre española en “Un mono con champán”.

La magia de lo único se acerca en “Dejándote caer” –cuyas frases inician este texto- con una voz resquebrajada tan particular e insustituible para esa canción de parte de Ale Rivas. “Voy cruzando las montañas de tu piel”, explota la frase desde la voz de Alfredo para hacer brillar a “Un tajo en el cielo”, otra joyita inolvidable.

Todo el trabajo muestra sacrificio y la polenta de ser el primero, de vivirlo a full dándole un sonido tan personal e irresistible para seguir escuchándolo por mil noches, más entre el sabor de un vaso cargado de JB, los eternos auriculares y alguna fémina que pretenda entender aquello de que es sólo rock…pero me gusta.

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