Pero lo impredecible en esta localidad puede aparecer de la noche a la mañana y tal fue la sorpresa cuando por distintos medios de comunicación, el secretario municipal de Obras Públicas, Marcelo Montserrat indicó que en las próximas semanas “se comenzará con tareas de demolición de un sector de la obra de embellecimiento para que se le pueda dar una buena doble circulación a la 9 de Julio”.

Inmediatamente un mar de epítetos contra el ejecutivo municipal se hizo escuchar de boca de los vecinos y en su mayoría de los comerciantes del sector que se preguntaban para qué demoler una obra que llevó años hacerla y que nos costó doce millones de pesos. La respuesta de parte del municipio sonó más a papelón que a explicación concreta. “Fue un grave problema de falta de comunicación”, sostuvieron desde el área de prensa local que está a cargo de un conocido periodista que en algún tiempo supo ser correligionario y posteriormente fue cercano al yauharismo.

Por supuesto, los propietarios de los comercios céntricos están decididos a parar el “delirio constructor” de parte de obras públicas, especialmente en esta época de crisis económica que les imposibilitaría que los turistas se pudieran acercar a sus comercios y poder llevarse un recuerdo. Por otro lado, desde este lunes en el municipio están buscando la forma de poder comunicar de una mejor manera para no quedar en ridículo ante la comunidad.

Mientras tanto, cada día que pasa, Trelew sigue retorciendo y de aquella ciudad progresista del sur argentino de los años 70 y 80, solamente está quedando un cartel.