Dejamos a un año 2022 que fue una continuación de tics repetitivos desde hace tiempo con peleas de ciertas figuras políticas –no todas- que no se han dado cuenta que cansan a la sociedad y que lo que ellos piensan en sentido de guerra –lamentable- viendo al que piensa distinto como “eterno enemigo” no hace más que manchar negativamente a la DEMOCRACIA por la cual hace 40 años otros políticos lucharon en conjunto para que volviera a ser una realidad después de años oscuros de dictadura y noches de tortura.

Y en aquella búsqueda del retorno democrático no pesaban las diferencias de colores políticos, todos buscaban una manera de poder contar con un camino que llevara a un futuro mejor y en paz.

A partir de ahora habrá que retomar energías y saber que se vienen 365 días muy especiales donde el pueblo volverá a decidir por el futuro, tanto de la Provincia del Chubut como de la bendita República Argentina.

Y ya está esa sensación de “algo bueno estar por venir” en este 2023 y ayudará a saber comprender que por el momento el futuro es confuso y que hay que ir maquillándolo lentamente, con aire de renovación y mucho trabajo.

Puede ser una etapa apasionante o degradante, según lo que hayamos aprendido en conjunto en los intensos meses pasados.

Hay que avanzar con esa algarabía interna que nos da cada vez que se pasa un obstáculo y seguir un paso más hacia el objetivo propuesto. Es un momento que ha llegado, arrancamos un año para progresar y “dar vuelta las cosas” en positivo, sabiendo que mañana será mejor.

No bajemos los brazos, busquemos crecimiento en todos los estamentos, intentemos superación y poner en valor la construcción de porvenir de una ciudad, de una provincia, de una región y de un país.

Si se hace en unión todo es posible. Si hay equipo se puede lograr el bienestar general y si hay razonamiento se potenciará el camino hacia el sueño hecho realidad.

No perdamos tiempo con chicanas. Sumemos minutos para prosperar.